El saltadero de piedras,
desgastadas por el agua,
resbaladizas de musgo,
de caídas y remojones.
La isla,
el soto,
(territorio de correrias infantiles),
el ribazo en la solana,
la fuente de los monaguillos,
el reflejo
cristalino y verde
en el agua quieta.
Tardes estivales
rebozado en arena áspera.
La sangre joven
palpitando agitadamente.
El brillo en la mirada...
Felicidad plena,
pletórica y sonriente
de la niñez,
que brota sin motivo.
Pura alegría de vivir
que jamás
he vuelto a sentir:
(Pelo alborotado,
flequillo rebelde,
alguna pedrada,
uñas negras,
pantalón destrozado y corto,
rodillas de solladas
y piernas sucias.
Muy sucias).
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