En el sillón de mimbre
que asoma al balcón,
que tuvo tiempos mejores.
Sentado,
adormecido en su regazo,
en la siesta,
cuando la vida se amortigua
y te dejas
inundar por la tarde.
Tarde limpia,
estival,
con el cielo
punteado de vencejos...
...y la torre azul
al fondo,
siempre,
toda la tarde.
Toda la vida.
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