viernes, 24 de abril de 2020

LA GUARIDA










Las sirenas están cautivas
en la guarida,
atrapadas por la luz,
tranquilas, añorantes,
en la duermevela.

Esperando.


Cuando las llaman
se liberan, enloquecen,
se soliviantan y aúllan;
destellando amarillo
en los caminos,
royendo asfalto
en la búsqueda incierta.


Cuando las llaman
los presagios no son buenos.





Es mejor
no tener que llamarlas.

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