Con la guitarra,
rodeado de computadoras,
stycks y baterías,
inventa sonidos.
En escalas progresivas
propone paisajes sonoros,
saturados e imposibles.
Percusiones sibilinas
y preciosistas,
bajos contundentes,
abruptos y cambiantes.
Ritmos trepidantes
que te levantan en peso.
El rey Fripp,
circunspecto, excéntrico,
loco e imprevisible
dirige el caos
desde su trono
de vatios y metacrilato,
la brutalidad, el virtuosismo,.
la genialidad...
luego, idílico,
se deja llevar...-.
El rey Robert,
encorbatado,
extraño, sorprendente,
tranquilo, discreto,
casi impasible,
en segundo plano
mirandolo todo,
todo eso que ocurre,
tan inmenso,
tan fuera de lo común,
que soy incapaz
de describir con palabras.
Hay que ir a oírlo.
Hay que ir a verlo.
En sus dias buenos.
A King Crimsson.
Ahi tenéis.....
" pa" hartaros....
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