Mar ficticio y suficiente,
espejo acuoso.
Sombra acogedora y benéfica
en las horas lentas
que discurren con el agua.
Remanso de paz,
tardes veraniegas
y noches divertidas.
Alfombra de hojas caídas,
sosiego y melancolía,
congelado, cristalino
a veces,
en el invierno frío.
Oigo
siempre tu llamada
y siempre acudo
hacia la voz del río,
sin reservas,
en soledad,
solo contigo.
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