jueves, 28 de marzo de 2019

MIGUEL






Apareciste
manchado de sangre de trincheras,
cegado y sordo
de luz y música de bombas,
dolorido,
apasionado,
casi muerto.

Apareciste
en el salón de los poetas,
de los poetas rojos y palaciegos,
engalanados de insignias.

Petimetres con mono obrero.


Apareciste
y llenaste el aire de verdades,
las paredes y las pizarras de voces,
de sangre,de miseria y lucha.


Apareciste.





Ellos desaparecieron
como las ratas que huyen hacia el mar
hacia el exilio"intelectual" y dorado
de las palabras vacías,
de los manifiestos altisonantes.


Tu
quedaste en tu sitio,
solo,
enfermo,
desbordado de poemas,
prisionero,
integro,
fiel,
entero.



Tu, 
bajo la bendita tierra 
que te cubre,
aún vives
en el viento y la palabra
de ese pueblo
que te lleva.



Ellos 
hace tiempo que están muertos.






                                                                                                            A     Miguel Hernandez.




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