miércoles, 6 de marzo de 2019

FADO









Se respira en el fado
la saudade,
en la voz de Amalia,
en el luto
de los músicos bohemios
y noctámbulos
(fadistas que peregrinan
desde el atardecer 
a Alfama).


Se respira el mar y la bruma,
la brisa que dispersa
las quejas de la voz profunda,
de la voz dolida y añorante.



Entre alegre y melancólico
se respira el fado,
te llega dentro.













LISBOA.



Puertas al mar,
puentes imposibles,
bosques mágicos,
castillos encantados.


Escaleras enroscadas
al centro de la tierra.


Tranvias escaladores,
bullicio en Alfama
de puertas multicolores.





Color azul,
materia de fado y luz,
atardeceres atlánticos
y sabor ultramarino.



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