miércoles, 5 de octubre de 2022

LA PRIMERA SIRENA.




La que siempre estuvo,

la que siempre estará

me mira ahora

con la sonrisa dulce

perdida en los mares de la memoria.


Pequeñita,

sentada en el trono de Neptuno,

me alimentó y me alimenta

incondicional y bondadosa.

En la caricia de su mano

está todo el universo.

El mar que me dio la vida 

en su bendito vientre,

toda la vida,

toda mi vida,


toda.

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