El mundo sigue girando
en círculos de vértigo,
en espirales demenciales,
autodestructivas .
Gira
en la barbarie,
en la autocompasión desesperada,
en la depresión impotente.
En la voragine
sigo oyéndolas
lejos, muy lejos...
Los buzos benefactores
me acercan con suavidad
para que me arrullen,
para que me acunen y protejan
las sirenas del mar.
Como en el liquido materno,
antes de ser yo.
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