Ya llora la jacaranda
sus lágrimas de malva
viscosas y melancólicas.
Ya llora la acacia
su amarillo chillón.
El aire es dorado y azul,
el suelo áureo y violeta.
Ya lloran
tristes y perezosas
como la siesta
en la tarde interminable,
ya cantan las cigarras...
Ya se anuncia
el sudor,
las tierras sedientas,
las noches tropicales,
las jornadas difíciles.
Tan lejos y tan cerca
aún vivirá la primavera,
los campos estarán verdes
y las flores luminosas.
Aún seguirá viva la vida
esperando el verso definitivo,
el poema perfecto
que nunca llegará.
Aún llora la jacaranda,
aún llora la acacia,
aún lloro yo,,
por tu ausencia que lo llena todo.
tu ausencia, tu inconmensurable
ausencia.
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