La piedra
se hace filigrana,
y( perforada por el aire)
también color y luz
bebiendo de ellos
en el vidrio, en los rosetones.
Casi ingrávida
se lanza al cielo
intentando alcanzar el infinito,
buscando a Dios.
Espacios inmensos
en su seno,
incienso,
recogimiento y paz.
La música de Jaquet,
el violín y el clavicordio
que te elevan lentamente
a las nubes del ocaso.
Suavemente...
...a la Eternidad.
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