En la calle quemada
se cierne la noche,
cae la helada en los tejados,
y mas tarde,
con la amanecida,
revolotearan los colorines.
En la casa,
en las cuadras,
los animales inquietos
presagian,
olisquean muerte.
En la habitación
el hacha degüella,
salpica paredes,
baña los cuerpos en sangre.
Inertes en el suelo,
muertos.
En la calle quemada,
en el alba
dos figuras de mirada torva
abandonan la casa.
Furtivos
envilecidos y cobardes
huyen.
En la calle quemada.
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