Políticos
mercadeando con cadáveres,
con cifras, con puestos,
luciendo obscenamente
su juego maldito
de sonrisas y diatribas,
el macabro medrar
por encima de las tumbas.
Homenajes premios,
minutos de silencio,
eludiendo responsabilidades.
Chupatintas paniaguados
esparciendo mentiras,
a la rapiña,
lanzándose a la carnaza.
Fachitas de medio pelo
con las mascarillas
de la bandera.
Los poderosos
lanzando mensajes ñoños,
de esperanza, de ayuda,
de lucha,
de finales felices,
(todos juntos,
todos fraternales de la mano).
Con nuevas realidades,
con libertad,
sonrisas beatificas,
horizontes idílicos...
...al fondo
el logotipo empresarial
de su marca solidaria.
Siempre.
Mercaderes infames,
sin escrúpulos,
medrando
con la necesidad de muchos,
con el miedo irracional,
con la ignorancia.
Héroes
que dejan de serlo
cuando el miedo se aplaca,
cuando los políticos están seguros...
Las sirenas,
avezadas en alarmas,
tienen el gesto serio
y cuchichean
en su lenguaje ancestral,
en su lenguaje sirénido:
"Todos
están muertos,
nos quedamos sin trabajo".
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