Efervescente
de burbuja y espuma,
dulce y adictiva,
femenina,
sin sexo.
Cuando la beben
las sirenas
se ilumina su mirada,
se avivan sus colores
y mueven nerviosas
la cola.
Esa noche
no duermen,
llama el mar,
llaman las olas.
Esa noche
aúllan melancólicas,
lloran de nostalgia,
rumor de caracolas.
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