De la Sierra
agreste de lobos
y nubes persistentes.
Recóndita en el valle,
de caminos ancestrales,
de piel nívea
y feroces contraluces.
De la Sierra
olvidada del tiempo,
al abrigaño del monte,
entre Pinedas y Jueces.
De la Sierra,
tierra hostil,
tosca y dulce,
lejana y gélida.
Desvanecida en el recuerdo,
en la niebla de la infancia,
en mi sangre montañesa.
De la Sierra,
esparcida en mi ADN,
en historias de familia
y en algunos de mis genes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario