miércoles, 16 de noviembre de 2016





ROMA

No visité a David,
ni acudí a las basílicas,
no fui a ver al pontífice,
ni a su casa,
ni a su plaza.
no visité los museos
ni las tiendas de moda,
no compré souvenirs.




Tan solo 
me dejé llevar.




El tráfico denso y caótico
los autobuses atestados
donde nadie paga,
los adoquines calientes,
fuentes frescas 
callejuelas olvidadas,
umbrías acogedoras,
trajín de gentes
y dolor de pies.


Arrastrado,
obligado por la multitud inclemente,
apareció ante mí 
el foro derruido.....



Me senté en el centro de la tierra
con Collen,
me dejé empapar
por la fuerza telúrica
de la historia....


....Me desperté.

Atardecía.

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