Ella soñaba
con catedrales,
góticas,ingrávidas,
casi etéreas.
El no bajaba la cabeza
con el peso de la pena,
con el profundo dolor.
Ella dormía
con Orfidal,
el no dormía.
Ella volaba
hacia las nubes,
hacia la Luna,
buscando su luz...
y soñaba sin dormir,
y dormía soñando.
El no podía,
no quería volar,
y se aferró a la vida...
Y le regaló su regalo
y le agradeció su desvelo...
Ella pintó catedrales,
góticas,ingrávidas,
casi etéreas...
Ella
tomó vuelo
El,
adherido a la vida,
con una tenue sonrisa,
con una tenue sonrisa,
saludó con la mano.
A WENDY, A KKOVAKK.
bonito
ResponderEliminarVEO EN EL ESCRITO UN SENTIMIENTO TRÁGICO, EN UNO LA LUCHA POR LA VIDA, EN LA OTRA, LA ENTREGA...
ResponderEliminarES MUY BELLO EL ESCRITO, HABLA DE UNA UNIÓN MAS ALLÁ DE SER.
Pero qué forma de arruinar la rima...
ResponderEliminarQuevedo, el fémur de Quevedo que es lo único que queda de él, se removería en la tumba en caso de leerlo.
Me gusta el poema, dos realidades distintas, o un dulce sueño y una dura realidad, en este momento, así quiero interpretarlo.
ResponderEliminarUn beso, Murci.
precioso!!! Murci!!!
ResponderEliminarSe hecha de menos la respuesta de alguien ... seguro que seria la primera en replicar jeje
ella ya tiene sus catedrales,la de kkovakk y esta que les acabas de regalar,
las dos igual de grandiosas!!!
abrazoteee
Gracias a los que pasaron,y a los que no....
ResponderEliminarSobre todo a ti Alberto